El intelecto, por definición, busca la verdad, pero… ¡se encuentra con la mentira! ¿Cómo se puede defender una falsedad para convertirla en una “verdad absoluta”? El ALMA no sabe, no entiende, no comprende… no puede.
Algunos pensamientos son trenzados por un “esparto” hosco, envidioso, egoísta, competitivo, destructor, autodefensivo, mezquino, profano, falso… Reflexiones miméticas mal adquiridas y peor asimiladas… No somos nosotros: calculamos, medimos, engañamos (y nos engañamos), mentimos y traicionamos ¿Por qué? En pos de un supuesto beneficio. Pero, el mismo, resulta yermo, ilegítimo, inmerecido y, sobre todo, vacuo.
El ALMA es pura, perfecta, inmaculada… ¡Cuando hablamos con el CORAZÓN tejemos palabras bellas, sublimes y… hermosas!…
¡El ALMA recita y el CORAZÓN se expresa; el CORAZÓN es fuerza y el ALMA seda!
¡Si fuésemos perfectos no pensaríamos; actuaríamos!
El intelecto, por definición, busca la verdad, pero… ¡se encuentra con la mentira! ¿Cómo se puede defender una falsedad para convertirla en una “verdad absoluta”? El ALMA no sabe, no entiende, no comprende… no puede.
ResponderEliminarAlgunos pensamientos son trenzados por un “esparto” hosco, envidioso, egoísta, competitivo, destructor, autodefensivo, mezquino, profano, falso… Reflexiones miméticas mal adquiridas y peor asimiladas… No somos nosotros: calculamos, medimos, engañamos (y nos engañamos), mentimos y traicionamos ¿Por qué? En pos de un supuesto beneficio. Pero, el mismo, resulta yermo, ilegítimo, inmerecido y, sobre todo, vacuo.
El ALMA es pura, perfecta, inmaculada… ¡Cuando hablamos con el CORAZÓN tejemos palabras bellas, sublimes y… hermosas!…
¡El ALMA recita y el CORAZÓN se expresa; el CORAZÓN es fuerza y el ALMA seda!
¡Si fuésemos perfectos no pensaríamos; actuaríamos!
Santi