Otea desde la atalaya el campo de batalla;cuando entres en combate, empuña tus armas no para atacar,sino para defenderte,,, que tu coraje sea tu escudo y tu sabiduría tu espada. No necesitas armadura ni blasón...Tu escudo y espada serán la prolongación de tí mismo; rutilirán reflejando la luz que te ampara y te da fuerza..eres afortunado por ello,de manera que no dejes cadáveres a tu paso...
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